Bartonella: la bacteria invisible que agrava el Lyme con
síntomas psiquiátricos
Una coinfección subestimada en el mundo del
Lyme, silenciosa, compleja y con rostro neurológico
Cuando se habla de la enfermedad de Lyme, es frecuente
centrar la atención en Borrelia burgdorferi, la bacteria que da nombre
al padecimiento. Sin embargo, una verdad inquietante acompaña a muchos
pacientes: el verdadero sufrimiento no solo proviene de una sola bacteria,
sino de un conjunto de microorganismos que viajan juntos, transmitidos por la
misma garrapata. Uno de los más devastadores y menos reconocidos es Bartonella,
un género de bacterias intracelulares que afectan al sistema nervioso, los
vasos sanguíneos, el sistema inmunológico y, especialmente, al equilibrio
emocional y cognitivo de quien la padece.
Esta coinfección ha sido poco estudiada y menos aún
comprendida. En muchos países, incluidos los de América Latina, Bartonella
sigue siendo ignorada dentro del diagnóstico clínico de Lyme, lo que lleva a
tratamientos ineficaces y al sufrimiento prolongado de los pacientes.
¿Qué es Bartonella y cómo se transmite?
El género Bartonella agrupa bacterias gramnegativas
con gran afinidad por las células endoteliales (las que recubren los vasos
sanguíneos) y por los glóbulos rojos. Existen más de 40 especies conocidas,
pero las más relevantes en humanos son:
- Bartonella
henselae
- Bartonella
bacilliformis
- Bartonella
quintana
La transmisión al ser humano puede producirse por múltiples
vías: arañazos o mordeduras de gatos infectados (de ahí el nombre “enfermedad
por arañazo de gato”), contacto con pulgas, piojos, exposición a fluidos de
animales, e incluso picaduras de garrapatas, lo cual refuerza su inclusión como
coinfección frecuente en pacientes con Lyme.
Aunque tradicionalmente se ha asociado con gatos y pulgas, hay
evidencia creciente de que las garrapatas también son vectores. Estudios
han identificado Bartonella henselae en garrapatas del género Ixodes,
las mismas que transmiten Borrelia, lo que explica su frecuente
coexistencia en los mismos pacientes.
Bartonella y su impacto en el sistema nervioso
A diferencia de otras coinfecciones que producen síntomas
agudos o sistémicos, Bartonella se caracteriza por afectar gravemente
el sistema nervioso y causar una amplia gama de manifestaciones
neuropsiquiátricas, entre ellas:
- Depresión
profunda
- Irritabilidad
y alteraciones del control de impulsos
- Ansiedad,
ataques de pánico
- Insomnio
y trastornos del sueño
- Disociación
y síntomas similares a los del trastorno de estrés postraumático
- Problemas
cognitivos, como fallos de memoria, dificultad para concentrarse,
bradipsiquia (lentitud del pensamiento)
- Dislexia
adquirida o problemas de escritura
- Alucinaciones
visuales o auditivas (en casos graves)
Estas alteraciones no siempre aparecen de manera súbita. En
muchos pacientes, se desarrollan lentamente, a veces durante años, confundiendo
el diagnóstico y haciendo que los síntomas sean atribuidos a enfermedades
mentales primarias.
De hecho, muchos casos de Bartonella se han
diagnosticado erróneamente como esquizofrenia, bipolaridad o depresión
resistente a tratamiento, cuando en realidad se trata de una infección
activa no detectada ni tratada correctamente.
Manifestaciones físicas: mucho más allá del sistema
nervioso
Aunque el aspecto psiquiátrico de Bartonella es uno
de los más debilitantes, la bacteria no se limita al cerebro. Puede
afectar diversos órganos y sistemas, generando síntomas amplios y variados:
- Inflamación
ocular (neuroretinitis, uveítis, conjuntivitis)
- Dolor
óseo o articular
- Mialgias
persistentes (dolores musculares)
- Afecciones
cardíacas como miocarditis o endocarditis
- Lesiones
cutáneas características, como estrías vasculares rojizas (que pueden
confundirse con estrías por crecimiento)
- Adenopatías
persistentes (ganglios inflamados)
- Fiebre
de origen desconocido
- Disfunción
hepática o esplénica
- Pérdida
de peso, fatiga extrema y palpitaciones
Este abanico de síntomas puede simular múltiples
enfermedades autoinmunes, reumatológicas, neurológicas o incluso psiquiátricas,
lo que refuerza la importancia de considerar la coinfección en todo paciente
con enfermedad de Lyme que no mejora con el tratamiento convencional.
Un factor que agrava el Lyme
Uno de los elementos más preocupantes de esta coinfección es
su capacidad de empeorar la evolución del Lyme crónico. La coexistencia
de Bartonella puede:
- Incrementar
la neuroinflamación, intensificando la niebla mental, los trastornos
del estado de ánimo y los déficits cognitivos.
- Generar
resistencia a los tratamientos habituales, lo que lleva a un mal
control de los síntomas e incluso a un empeoramiento progresivo.
- Interferir
con la respuesta inmune, promoviendo procesos autoinmunes secundarios
y aumentando la susceptibilidad a otras infecciones.
- Ocultar
o imitar otras condiciones, dificultando el diagnóstico y tratamiento
del Lyme como cuadro central.
A esto se suma que la mayoría de las pruebas diagnósticas de
Bartonella son poco sensibles y específicas, lo que hace que su
diagnóstico requiera una alta sospecha clínica y una interpretación cuidadosa
del contexto sintomático y epidemiológico del paciente.
Diagnóstico: una mirada clínica que debe ir más allá de
los análisis
El diagnóstico de Bartonella en contexto de coinfección con
Lyme continúa siendo un reto debido a su baja carga bacteriana en sangre y su
distribución intracelular. Esto genera una tasa alta de falsos negativos en
pruebas de laboratorio, haciendo necesario combinar criterios clínicos,
epidemiológicos, serológicos y moleculares.
Las principales herramientas diagnósticas son:
- Serología
(IFA o ELISA) para anticuerpos IgG e IgM. Títulos de IgG mayores a
1:64 sugieren infección activa, aunque pueden mantenerse elevados por
meses tras la infección. La IgM es más útil para infecciones recientes,
pero su sensibilidad es baja.
- PCR
en sangre, ganglios o biopsia de lesiones. Tiene buena especificidad,
pero su sensibilidad varía según el momento y el tejido muestreado.
- Cultivo
en medios especiales o hemocultivos enriquecidos, útil especialmente
en pacientes inmunocomprometidos, pero es lento y no está disponible en
muchos laboratorios.
- Criterios
clínicos compuestos: antecedentes de contacto con gatos o garrapatas,
presencia de síntomas compatibles, exclusión de otras causas y mejoría con
tratamiento específico.
Es importante destacar que la mayoría de los diagnósticos
se basan en la sospecha clínica razonada, considerando la historia del
paciente, la evolución de los síntomas y la falta de respuesta a tratamientos
antiborreliales estándar.
Tratamiento: terapia dirigida, prolongada y combinada
El tratamiento de Bartonella requiere un enfoque
específico, distinto al tratamiento clásico del Lyme. Debido a su
comportamiento intracelular, es necesario utilizar antibióticos con buena
penetración en tejidos profundos, glóbulos rojos y sistema nervioso.
Antibióticos con evidencia de eficacia incluyen:
- Doxiciclina
(100 mg c/12h): base del tratamiento, efectiva por su capacidad
intracelular.
- Rifampicina
(300 mg c/12h): se usa en combinación por sinergia bactericida,
especialmente útil en afectación neurológica o hepatoesplénica.
- Azitromicina
(500 mg/día): útil en casos leves o combinada en tratamientos largos.
- Claritromicina,
trimetoprim/sulfametoxazol, minociclina y ciprofloxacina
también se han utilizado en distintos esquemas, dependiendo de la
tolerancia del paciente y la presentación clínica.
Combinaciones frecuentes:
- Doxiciclina
+ Rifampicina
- Claritromicina
+ Rifampicina
- Doxiciclina
+ Azitromicina (en fases iniciales)
La duración del tratamiento depende del tipo de
presentación:
- Infección
aguda: 2–4 semanas
- Coinfección
crónica: al menos 8–12 semanas
- Afectación
neurológica o diseminada: hasta 6 meses o más, con controles clínicos
continuos
En pacientes inmunocomprometidos o con recaídas, se puede
considerar profilaxis secundaria y tratamientos prolongados combinados.
Casos clínicos y prevalencia regional
En México, el reporte de Bartonella henselae en pacientes
con fiebre prolongada y afectación hepatoesplénica ha aumentado, especialmente
en menores de 20 años. También se ha documentado compromiso ocular severo como
neurorretinitis, con recuperación tras el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Un estudio en Colombia reportó prevalencias serológicas de Bartonella
spp. en gatos del 37.9%, lo cual sugiere un riesgo zoonótico considerable
para humanos, especialmente en áreas urbanas con exposición frecuente.
A nivel clínico, se han descrito cuadros severos de
encefalitis, convulsiones, trastornos afectivos, psicosis y alteraciones
cognitivas reversibles tras el tratamiento antimicrobiano.
Conclusión: reconocerla para tratarla
Bartonella no es solo una bacteria más. Es un patógeno
oportunista que, cuando se combina con Borrelia, puede desorganizar
la vida mental, emocional y física del paciente. Su impacto en el sistema
nervioso, el sistema inmunológico y los órganos internos es profundo y
progresivo si no se atiende a tiempo.
Como coinfección del Lyme, debe ser considerada en todos
los pacientes con síntomas neurológicos o psiquiátricos que no mejoran con el
tratamiento estándar. Aun sin pruebas de laboratorio concluyentes, la
clínica manda. El abordaje debe ser cuidadoso, prolongado y con acompañamiento
médico especializado.
El reconocimiento temprano y el tratamiento adecuado pueden
marcar la diferencia entre una vida limitada por el sufrimiento y una
recuperación significativa.
Fuentes de consulta
- Asociación
Española de Pediatría. (2022). Protocolos actualizados de enfermedades
transmitidas por garrapatas. https://www.aeped.es/protocolos
- García
Quiñónez, É., & Durán Molina, A. L. (2021). Abordaje clínico y manejo
de la rickettsiosis. Expresiones Médicas, 9(1), 9–15.
- RevSalJal.
(2022). Enfermedad por arañazo de gato: ¿por qué solo Jalisco reporta
la mayoría de los casos? Año 9, N.°2, 105–111.
- Ríos-Usuga,
D. et al. (2023). Enfermedades transmitidas por vectores en gatos. Rev.
Med. Vet. Zoot, 70(2), 220–233.
- Angelakis, E., & Raoult, D.
(2014). Pathogenicity and treatment of Bartonella infections. Int
J Antimicrob Agents, 44(1), 16–25.
- NORD – National Organization
for Rare Disorders. (2024). Bartonellosis – Symptoms, Causes, Treatment.
https://rarediseases.org
- MedlinePlus.
(2024). Enfermedad por arañazo de gato. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001464.htm
- Horowitz, R. (2013). Why Can’t I Get Better? Solving the Mystery of Lyme and Chronic Disease. St. Martin’s Press.
¿Tienes dudas o experiencias que compartir? ¡Déjalas
en los comentarios!
Nota: Este blog no sustituye el
diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un profesional.
¿Quieres contribuir con nosotros? Escríbenos
a fundacionlyme@gmail.com
Información
recopilada y analizada por Luis Antonio Hernández Cuéllar.
Publicada el 11
de junio del 2025.
Comentarios
Publicar un comentario