Cómo la bacteria responsable del Lyme se transforma para sobrevivir
Una de las razones por las que la enfermedad de Lyme puede
ser tan persistente, difícil de diagnosticar y compleja de tratar es la capacidad
de Borrelia burgdorferi para cambiar de forma dentro del cuerpo humano.
Este fenómeno se conoce como pleomorfismo, y es una estrategia de
defensa que la bacteria utiliza para adaptarse a diferentes condiciones:
antibióticos, ataques del sistema inmune o falta de nutrientes.
Comprender estas distintas formas morfológicas de Borrelia
es fundamental para entender por qué el tratamiento a veces falla, por qué
algunos pacientes siguen enfermos incluso después de varias rondas de
antibióticos y qué se puede hacer al respecto.
¿Qué es el pleomorfismo?
El pleomorfismo es la capacidad que tienen algunos
microorganismos de adoptar diferentes formas estructurales sin cambiar de
especie. En el caso de Borrelia burgdorferi, esto le permite
sobrevivir en entornos hostiles dentro del cuerpo humano, donde otras bacterias
no podrían.
A lo largo de su ciclo de vida, Borrelia puede alternar
entre:
- Espiroqueta
activa (forma típica)
- Forma
L o sin pared celular
- Forma
quística o esferoplasto
- Biofilm
(estructura multicelular protectora)
Cada una de estas formas tiene funciones distintas y niveles
de sensibilidad diferentes al tratamiento antibiótico.
1. Espiroqueta: la forma activa e infecciosa
Características:
- Forma
helicoidal (como un sacacorchos).
- Mide
entre 10 y 30 micras de largo.
- Se
mueve por medio de endoflagelos internos, lo que le permite
desplazarse por tejidos densos (como cartílago, líquido sinovial, sistema
nervioso).
- Es
la forma que se observa en las primeras fases de la infección.
Importancia clínica:
- Es
la forma más vulnerable a antibióticos como doxiciclina o amoxicilina.
- Se
encuentra principalmente en sangre y tejidos durante la infección activa.
- También
es la más “visible” para el sistema inmunológico.
En esta fase, Borrelia puede causar síntomas como
fiebre, eritema migrans, dolores musculares y fatiga (García Meléndez et al.,
2014).
2. Forma L: la bacteria sin su armadura
¿Qué es?
La forma L (o forma defectuosa de pared celular) es
una variante de Borrelia que pierde su pared celular parcial o
totalmente en respuesta a condiciones adversas, como:
- Exposición
a antibióticos que atacan la pared (penicilinas, cefalosporinas).
- Cambios
en el pH, presión osmótica o temperatura.
- Ataques
del sistema inmunológico.
Características:
- Es más
pequeña y redondeada.
- Puede
vivir dentro de células humanas, especialmente fibroblastos,
células gliales o macrófagos.
- Es invisible
para muchos anticuerpos y pruebas serológicas.
Implicaciones clínicas:
- Estas
formas no son eliminadas por antibióticos que requieren pared celular
para actuar.
- Pueden
permanecer latentes y reactivarse cuando el sistema inmune se debilita.
- Son
comunes en pacientes con síntomas crónicos y negativos a pruebas
tradicionales.
Algunos estudios han demostrado que Borrelia puede
sobrevivir dentro de células humanas por semanas o meses en forma L (Stricker
et al., 2014).
3. Quistes (esferoplastos): la forma dormida y resistente
¿Qué son?
Cuando las condiciones son extremadamente hostiles, Borrelia
puede adoptar una forma quística, redonda y encapsulada. Es un mecanismo
de supervivencia extremo, similar a una hibernación.
Características:
- Forma
esférica, de 2 a 5 micras de diámetro.
- Cubierta
por una doble membrana que la protege.
- No
se divide ni se reproduce mientras está en forma quística.
- Puede
reactivarse cuando las condiciones mejoran.
Importancia clínica:
- Los
antibióticos convencionales no eliminan los quistes.
- Requieren
fármacos específicos (como metronidazol o tinidazol) que rompen
estructuras anaeróbicas o quísticas.
- Algunos
tratamientos fitoterapéuticos también se han mostrado eficaces en estudios
preliminares.
Se han observado formas quísticas de Borrelia en
tejidos de pacientes con síntomas persistentes, incluso años después de la
infección original (ILADS, 2022).
4. Biofilm: la fortaleza bacteriana
¿Qué es?
El biofilm es una comunidad organizada de bacterias
que se agrupan y se protegen dentro de una matriz pegajosa de proteínas,
polisacáridos y ADN. Es una estrategia común entre bacterias crónicas como Pseudomonas,
Staphylococcus y también Borrelia.
Características:
- Protege
a las bacterias de:
- Antibióticos.
- Anticuerpos.
- Radicales
libres.
- Células
inmunitarias.
- Se
adhiere a superficies como tejidos, vasos sanguíneos, nervios,
articulaciones.
Importancia clínica:
- En
pacientes con Lyme crónico, el biofilm puede actuar como un reservorio
de formas latentes.
- Necesita
tratamientos combinados, prolongados y a veces rotativos para romper su
estructura.
- Algunos
suplementos (enzimas proteolíticas, nattokinasa, EDTA) pueden apoyar la
disrupción del biofilm.
Este fenómeno podría explicar recaídas después de
tratamientos aparentemente exitosos (Stricker et al., 2014; Horowitz,
2013).
¿Por qué es importante reconocer estas formas?
- Explica
los falsos negativos: muchos pacientes tienen síntomas evidentes pero
pruebas serológicas negativas, porque Borrelia está en formas no
detectables.
- Justifica
tratamientos prolongados y combinados: tratar solo la forma
espiroquetal deja vivas a las otras formas.
- Ayuda
a entender el Lyme persistente o postratamiento.
- Permite
desarrollar protocolos más eficaces: antibióticos + antiparasitarios +
antifúngicos + antiinflamatorios + enzimas.
¿Qué implicaciones tiene para el tratamiento?
El manejo efectivo de Lyme —especialmente en su fase crónica
o persistente— requiere considerar las distintas formas de Borrelia:
Forma |
Ejemplo de fármaco útil |
Comentarios |
Espiroqueta |
Doxiciclina, cefuroxima |
Forma más vulnerable; presente en fase aguda |
Forma L |
Rifampicina, claritromicina |
Requiere antibióticos que actúen intracelularmente |
Quística |
Metronidazol, tinidazol |
Necesario incluir en protocolos largos o rotativos |
Biofilm |
Dapsona, enzimas, terapia combinada |
Difícil de erradicar; puede requerir abordajes integrales |
La ILADS
recomienda protocolos ajustados a cada caso, considerando coinfecciones y
formas pleomórficas (ILADS, 2022).
Conclusión
La capacidad de Borrelia para transformarse en
múltiples formas dentro del cuerpo humano no solo es fascinante desde el punto
de vista microbiológico, sino clave para entender por qué el Lyme puede volverse
crónico, resistente y difícil de erradicar.
Reconocer el pleomorfismo no es una teoría alternativa: es
un hecho respaldado por la ciencia, y una pieza indispensable en la lucha por
diagnósticos más acertados y tratamientos más eficaces.
Porque no se puede vencer lo que no se ve… y Borrelia
sabe muy bien cómo esconderse.
Fuentes de consulta
- García
Meléndez, M. E., et al. (2014). Enfermedad de Lyme: actualizaciones.
Gaceta Médica de México, 150, 84–95.
- Stricker, R. B., et al. (2014).
The limitations of the
two-tier test for Lyme disease. Clinical Infectious Diseases,
58(5), 700–701.
- ILADS. (2022). Evidence-based
guidelines for the management of Lyme disease. International
Lyme and Associated Diseases Society.
- Horowitz, R. (2013). Why
Can't I Get Better? Solving the Mystery of Lyme and Chronic Disease. St.
Martin’s Press.
- Miklossy, J. (2008). Chronic
or late Lyme neuroborreliosis: analysis of evidence compared to chronic or
late neurosyphilis. The Open Neurology Journal, 2, 52–63.
- MacDonald, A. B. (2006). Biofilms
of Borrelia burgdorferi in chronic cutaneous borreliosis. American
Journal of Clinical Pathology, 125(1), 41–55.
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dudas o experiencias que compartir? ¡Déjalas en los comentarios!
Nota: Este
blog no sustituye el diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un profesional.
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Información recopilada y analizada por Luis Antonio
Hernández Cuéllar.
Publicada el 9 de junio del 2025.
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