Historia y
descubrimimiento de la enfermedad de Lyme
La enfermedad
de Lyme no es nueva, pero su reconocimiento como una entidad clínica específica
es relativamente reciente. Su historia está llena de confusiones, avances
científicos y, lamentablemente, mucha controversia. Aquí te contamos cómo se
descubrió, por qué lleva ese nombre y cómo ha evolucionado su estudio en el
mundo.
Primeros
registros: ¿Desde cuándo existe el Lyme?
Aunque el
diagnóstico formal de la enfermedad de Lyme se dio en el siglo XX, hay
evidencia de que infecciones similares han existido por miles de años:
- Ötzi, el hombre de hielo (3300 a.C.):
Estudios en su momia revelaron la presencia de Borrelia burgdorferi,
sugiriendo que esta bacteria ya infectaba humanos en la Edad de Cobre
(Keller et al., 2012).
- Siglo XIX: En Europa, se describieron
casos de erupciones cutáneas similares al eritema migrans (EM), pero no se
asociaron con garrapatas.
El brote que
dio nombre a la enfermedad: Old Lyme, 1975
El término "enfermedad
de Lyme" surgió en Connecticut, Estados Unidos,
gracias a dos madres que notaron un extraño patrón de artritis en niños de su
comunidad.
¿Qué pasó en
Old Lyme?
- En 1975, varios niños y adultos de Old
Lyme, Lyme y East Haddam comenzaron a presentar artritis
inflamatoria severa, similar a la artritis reumatoide juvenil (Steere
et al., 1977).
- La investigadora Allen Steere y su
equipo descubrieron que:
- Los síntomas coincidían con
picaduras de garrapatas.
- Muchos pacientes recordaban
una erupción roja en forma de anillo antes de
desarrollar artritis.
- La enfermedad era estacional (mayor
incidencia en verano).
Fue así como
en 1977 se publicó el primer estudio que definió la "artritis
de Lyme" (Steere et al., 1977).
El
descubrimiento de la bacteria: Willy Burgdorfer y el hallazgo clave
Aunque ya se
sospechaba que una garrapata transmitía la enfermedad, la bacteria responsable
no se identificó hasta 1981, gracias al trabajo del científico
suizo Willy Burgdorfer:
- Estudiando garrapatas (Ixodes
scapularis) en Montana, Burgdorfer encontró espiroquetas (bacterias
en forma de espiral) en sus intestinos.
- Al analizarlas, descubrió que eran una nueva
especie de Borrelia, diferente a las que causan fiebre recurrente.
- En 1982, la bacteria fue nombrada Borrelia
burgdorferi en su honor (Burgdorfer et al., 1982).
Este hallazgo
permitió:
- Confirmar la transmisión por garrapatas.
- Desarrollar pruebas diagnósticas.
- Establecer tratamientos antibióticos efectivos.
¿Siempre se
llamó "enfermedad de Lyme"?
No. Antes de su
identificación en EE.UU., en Europa ya se describían casos con síntomas
similares, pero con otros nombres:
- Eritema migrans (Afzelius, 1910): El
dermatólogo sueco Arvid Afzelius documentó lesiones cutáneas
en forma de anillo tras picaduras de garrapatas.
- Acrodermatitis crónica atrófica (Hersheimer
& Hartmann, 1902): Una manifestación cutánea tardía de la
infección por Borrelia.
- Neuroborreliosis (Garin-Bujadoux, 1922): Se
asoció con parálisis facial y meningitis tras picaduras.
Solo hasta
finales del siglo XX se unificó el concepto de "enfermedad de
Lyme" para englobar todas estas manifestaciones.
El Lyme en
México y Latinoamérica: Un diagnóstico ignorado
Aunque en
EE.UU. y Europa el Lyme ya era reconocido en los 80, en México y
América Latina su existencia fue negada por décadas, argumentando:
"No
hay garrapatas Ixodes" → Falso. Estudios
confirmaron su presencia en Veracruz, Chiapas, Tamaulipas y más (Gutiérrez
et al., 2010).
"No hay Borrelia burgdorferi" → Falso. Se
detectó en garrapatas, roedores y pacientes (Becker et al., 2014).
"Es una enfermedad de climas fríos" → Falso. Hay
casos en zonas tropicales (Feria-Arroyo et al., 2014).
Hoy sabemos
que:
- México tiene cepas propias de Borrelia,
algunas aún no bien estudiadas.
- Casos clínicos confirmados: Carditis,
neuroborreliosis y artritis (Loaiza et al., 2024).
- Falta de protocolos oficiales para
diagnóstico y tratamiento.
Conclusiones:
Un problema de salud pública en evolución
La enfermedad
de Lyme no es nueva, pero su historia demuestra:
🔹 Fue
subestimada por años, especialmente en países tropicales.
🔹 Sigue
siendo mal diagnosticada por falta de conciencia médica.
🔹 Necesitamos
más investigación en cepas latinoamericanas.
Si crees que
puedes tener Lyme, busca un médico informado y exige pruebas
adecuadas.
Fuentes
consultadas (APA):
- Burgdorfer,
W., Barbour, A. G., Hayes, S. F., Benach, J. L., Grunwaldt, E., &
Davis, J. P. (1982). Lyme disease—a tick-borne spirochetosis? Science,
216(4552), 1317-1319.
- Feria-Arroyo, T. P., et al. (2014). Amblyomma ticks as potential
vectors of Borrelia in Mexico. Journal of
Vector Ecology, 39(1), 135–145.
- Gutiérrez, V., Becker, I., et al. (2010).
Distribución de garrapatas del género Ixodes y su papel
como vectores en México. Revista Biomédica, 21(4), 215–230.
- Keller,
A., et al. (2012). New insights into the Tyrolean Iceman's origin and
phenotype. Nature Communications, 3, 698.
- Loaiza, F., Morgado, M., & Yambay, X. (2024).
Bloqueo auriculoventricular de tercer grado: caso clínico. Revista
RELIGACIÓN, 9(39), e2401176.
- Steere,
A. C., Malawista, S. E., Snydman, D. R., Shope, R. E., Andiman, W. A.,
Ross, M. R., & Steele, F. M. (1977). Lyme arthritis: an epidemic of
oligoarticular arthritis in children and adults in three Connecticut
communities. Arthritis & Rheumatology, 20(1), 7-17.
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Nota: Este
blog no sustituye el diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un
profesional.
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