Más allá de B. burgdorferi: entendiendo los otros rostros del Lyme
Cuando hablamos de enfermedad de Lyme, usualmente se
menciona solo una especie: Borrelia burgdorferi sensu stricto (s.s.).
Sin embargo, esta no es la única bacteria del género Borrelia que puede
causar enfermedad en los humanos. En realidad, existe un grupo diverso de
especies patógenas dentro del llamado complejo Borrelia burgdorferi
sensu lato (s.l.), y cada una de ellas tiene características clínicas,
ecológicas y geográficas únicas.
Además, algunas especies como Borrelia miyamotoi
—aunque no pertenecen formalmente al complejo de Lyme— pueden causar
enfermedades muy similares, incluyendo fiebre, dolor y trastornos neurológicos.
Esta entrada explora las especies menos conocidas pero clínicamente
relevantes del género Borrelia, y por qué es fundamental tenerlas en
cuenta para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
El complejo Borrelia burgdorferi sensu lato (s.l.)
Este grupo incluye más de 20 especies genéticamente
relacionadas. De ellas, al menos cinco han sido confirmadas como
patógenas para humanos:
- B.
burgdorferi sensu stricto → principal en América del Norte.
- B.
afzelii → frecuente en Europa y Asia.
- B.
garinii → asociada a síntomas neurológicos.
- B.
bavariensis → subtipo neurotrópico en Europa.
- B.
spielmanii, B. valaisiana → casos esporádicos.
Cada especie tiene una preferencia por ciertos tejidos,
lo que genera variaciones clínicas importantes entre regiones. Esto se traduce
en síntomas más cutáneos en Europa, y más articulares en América, por
ejemplo (Stricker et al., 2014).
Borrelia afzelii: la bacteria de la piel
Distribución:
- Común
en Europa y Asia.
- Transmitida
principalmente por Ixodes ricinus (garrapata del bosque).
Características clínicas:
- Predilección
por la piel.
- Puede
causar acrodermatitis crónica atrófica (ACA), una lesión cutánea
progresiva, típica en etapas tardías.
- También
se asocia a eritema migrans más frecuente, aunque menos
inflamatorio.
Importancia clínica:
- Muchas
veces el paciente solo presenta síntomas dérmicos.
- Puede
confundirse con enfermedades dermatológicas como esclerodermia localizada
o eczema crónico.
- Responde
a antibióticos, pero puede requerir tratamientos prolongados si hay daño
tisular avanzado.
Borrelia garinii: la más neurológica
Distribución:
- Europa,
partes de Asia, Rusia.
- Transmitida
por Ixodes ricinus y Ixodes persulcatus.
Características clínicas:
- Marcada
tropismo por el sistema nervioso.
- Causa
neuroborreliosis de Lyme más frecuentemente que otras especies.
- Se
asocia a:
- Parálisis
facial bilateral.
- Meningitis
linfocitaria.
- Radiculoneuritis.
- Alteraciones
de la sensibilidad o coordinación.
Importancia clínica:
- Puede
simular esclerosis múltiple u otras neuropatías inflamatorias.
- Necesita
tratamiento temprano y, a menudo, intravenoso (como ceftriaxona).
- En
algunos casos deja secuelas neurológicas si no se trata a tiempo.
En Europa, la coinfección con B. garinii y B.
afzelii en una misma picadura no es rara.
Borrelia bavariensis y otras especies emergentes
- B.
bavariensis fue reclasificada desde B. garinii.
- Es
especialmente virulenta en el sistema nervioso.
- B.
spielmanii y B. valaisiana se han vinculado a casos de eritema
migrans y sintomatología inespecífica.
Aunque estas especies son menos conocidas, podrían estar subdiagnosticadas
en regiones donde no se dispone de pruebas específicas por especie.
Borrelia miyamotoi: una espiroqueta diferente
¿Es Lyme?
No exactamente. Borrelia miyamotoi no pertenece al
complejo burgdorferi s.l., sino al grupo de las Borrelia de
fiebre recurrente (relapsing fever group). Aun así, es transmitida por
las mismas garrapatas del género Ixodes, y los síntomas se parecen
mucho a los de Lyme agudo.
Distribución:
- Reportada
en Estados Unidos, Canadá, Europa, Rusia y Asia.
- Transmitida
por Ixodes scapularis y Ixodes ricinus.
Características clínicas:
- Fiebre
recurrente, escalofríos, sudoración.
- Dolor
muscular y de cabeza.
- Síntomas
neurológicos (en casos graves): meningitis, encefalitis.
- Ausencia
de eritema migrans.
Importancia clínica:
- Puede
confundirse fácilmente con infección viral.
- No
es detectada por pruebas serológicas convencionales de Lyme.
- Se
necesita PCR específica para B. miyamotoi.
- Algunos
estudios sugieren que puede coexistir con B. burgdorferi,
empeorando los síntomas.
En México aún no se han publicado estudios específicos de B.
miyamotoi, pero dada la presencia de vectores compatibles, su existencia
no puede descartarse (Feria-Arroyo et al., 2014; Sosa-Gutiérrez et al.,
2016).
¿Por qué es importante conocer estas especies?
- Las
pruebas serológicas actuales están basadas casi exclusivamente en
antígenos de B. burgdorferi s.s.. Esto significa que pacientes
infectados por B. garinii o afzelii podrían tener resultados
falsos negativos.
- Las
diferencias clínicas explican por qué el Lyme europeo puede presentarse
con más síntomas neurológicos o cutáneos, y el americano con más
artritis.
- Los
pacientes con síntomas persistentes o inusuales deben ser evaluados
considerando la posibilidad de infección por una especie distinta o
coinfección múltiple.
¿Qué pasa con estas especies en América Latina?
- La
mayoría de las pruebas utilizadas en Latinoamérica están basadas en cepas
de B. burgdorferi estadounidenses.
- Se
han detectado cepas divergentes genéticamente en México, algunas más
cercanas a especies europeas (Gutiérrez et al., 2010; Becker et al.,
2014).
- Esto
podría explicar:
- Casos
de neuroborreliosis atípica.
- Erupciones
cutáneas inusuales.
- Pacientes
seronegativos con sintomatología evidente.
- Urge
mayor vigilancia molecular y estudios entomológicos en la región.
Conclusión
Borrelia no es una sola bacteria, ni el Lyme es una
sola enfermedad. Hablar solo de B. burgdorferi s.s. es como hablar de
“influenza” sin considerar los distintos tipos de virus que la causan. La
diversidad de especies, su variada tropismo y su distribución geográfica deben
formar parte de cualquier estrategia seria de diagnóstico, vigilancia y
tratamiento.
Para los pacientes, esto significa que un resultado
negativo en la prueba de Lyme no siempre descarta la infección. Para los
médicos, implica que el diagnóstico debe ser clínico, contextual y crítico.
Y para la salud pública, representa un llamado urgente a actualizar protocolos,
capacitar personal y desarrollar mejores herramientas diagnósticas.
Fuentes de consulta
- Becker,
I., et al. (2014). Reservorios silvestres de Borrelia burgdorferi en el
sureste de México. Revista Mexicana de Biodiversidad, 85(2), 530–543.
- Feria-Arroyo,
T. P., et al. (2014). Amblyomma
ticks as potential vectors of Borrelia in Mexico. Journal of Vector
Ecology, 39(1), 135–145.
- García
Meléndez, M. E., et al. (2014). Enfermedad de Lyme: actualizaciones.
Gaceta Médica de México, 150, 84–95.
- Gutiérrez,
V., Becker, I., et al. (2010). Distribución de garrapatas del género
Ixodes y su papel como vectores en México. Revista Biomédica, 21(4),
215–230.
- Sosa-Gutiérrez,
C. G., et al. (2016). Diversity
and distribution of ticks in Mexico: a review. Ticks and Tick-borne Diseases,
7(1), 15–30.
- Stricker, R. B., et al. (2014).
The limitations of the two-tier test for Lyme disease. Clinical
Infectious Diseases, 58(5), 700–701.
- Radolf,
J. D., et al. (2012). Lyme
disease in humans. Current Issues in Molecular Biology, 14(3),
115–148.
- Barbour, A. G., & Fish, D.
(1993). The biological and social phenomenon of Lyme disease. Science,
260(5114), 1610–1616.
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dudas o experiencias que compartir? ¡Déjalas en los comentarios!
Nota: Este
blog no sustituye el diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un
profesional.
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Información recopilada y analizada por Luis Antonio
Hernández Cuéllar.
Publicada el 9 de junio del 2025.
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