Babesia, Bartonella, Ehrlichia y otros acompañantes ocultos
Cuando una persona es diagnosticada con enfermedad de Lyme,
muchas veces se asume que Borrelia burgdorferi es el único patógeno
responsable de todos sus síntomas. Sin embargo, esta suposición puede llevar a
errores graves. Lo cierto es que la mayoría de los pacientes con Lyme están
coinfectados con otros microorganismos transmitidos por la misma garrapata
u otros vectores relacionados.
Estas coinfecciones pueden hacer que la enfermedad sea más grave,
prolongada y difícil de tratar. También explican por qué algunas personas
no mejoran con los tratamientos tradicionales o desarrollan síntomas más
complejos que los descritos para Lyme “clásico”.
En esta entrada exploramos qué son las coinfecciones, por
qué ocurren, cuáles son las más comunes y cómo se manifiestan. Entenderlas no
solo mejora el diagnóstico y tratamiento, sino que también valida la
experiencia de miles de pacientes que viven con múltiples infecciones al mismo
tiempo.
¿Qué son las coinfecciones?
Se llama coinfección a la presencia simultánea de dos o
más patógenos que afectan al mismo huésped. En el caso del Lyme, las
coinfecciones más frecuentes son:
- Protozoarios
(como Babesia)
- Bacterias
intracelulares (como Bartonella, Ehrlichia, Anaplasma,
Rickettsia)
- Virus
(como Epstein-Barr, Coxsackie, Powassan)
- Micoplasmas
o clamidias
- Hongos
oportunistas como Candida albicans
Estas infecciones pueden ser transmitidas por la misma
garrapata o adquiridas por otras vías, pero suelen activarse o empeorar en el
contexto de Lyme debido a la inmunosupresión y al desequilibrio del organismo.
¿Por qué ocurren?
Las garrapatas no solo transportan Borrelia. En su
intestino y glándulas salivales pueden coexistir múltiples patógenos, y al
morder al huésped, inyectan una mezcla compleja de microorganismos.
Además, en regiones como México, donde hay una gran diversidad de especies de
garrapatas y reservorios silvestres, la posibilidad de coinfección es
especialmente alta (Feria-Arroyo et al., 2014; Sosa-Gutiérrez et al., 2016).
Otro factor es que Lyme debilita el sistema inmune,
favoreciendo la reactivación de virus latentes o la aparición de infecciones
secundarias.
¿Cómo se manifiestan las coinfecciones?
Cada coinfección tiene síntomas característicos, pero también
hay superposición. Esto puede confundir el diagnóstico clínico y dificultar
el tratamiento. A continuación, te presentamos un resumen de las más
importantes.
Babesia: la “malaria de Lyme”
Agente: protozoario intracelular (Babesia microti,
Babesia duncani, otros)
Transmisión: garrapatas, transfusión sanguínea, vía congénita
Síntomas típicos:
- Fiebre
recurrente (en picos)
- Sudores
nocturnos intensos
- Disnea
o dificultad para respirar
- Mareo,
taquicardia, dolor torácico
- Fatiga
extrema no proporcional a la actividad
- Hemólisis
(en casos graves)
Indicadores clínicos:
- Paciente
con síntomas similares a paludismo, pero sin viaje a zonas tropicales
- No
responde bien solo a antibióticos (requiere antiparasitarios como
atovacuona)
En México, la presencia de Babesia ha sido reportada
en fauna silvestre y algunos vectores potenciales, aunque aún se subdiagnostica
por falta de pruebas específicas (García Meléndez et al., 2014).
Bartonella: la bacteria invisible
Agente: bacterias del género Bartonella
(especialmente B. henselae, B. quintana)
Transmisión: garrapatas, pulgas, piojos, arañazos o mordidas de gatos
Síntomas típicos:
- Dolor
en plantas de pies (al despertar)
- Lesiones
lineales en piel (como estrías o arañazos)
- Ansiedad
severa, ataques de pánico, agitación
- Insomnio
resistente
- Dolor
ocular, visión borrosa, alteraciones pupilares
- Vibraciones
internas, espasmos musculares
Indicadores clínicos:
- Síntomas
neuropsiquiátricos intensos y desproporcionados
- Dolor
neuropático severo
- Síntomas
que empeoran con el tratamiento de Lyme (Herxheimer intenso)
Bartonella puede persistir en los vasos sanguíneos y causar
inflamación vascular crónica. Es una de las coinfecciones más difíciles de
erradicar.
Ehrlichia y Anaplasma: infecciones leucopénicas
Agente: bacterias intracelulares que infectan
glóbulos blancos
Transmisión: garrapatas del género Amblyomma, Ixodes
Síntomas típicos:
- Fiebre
alta, escalofríos
- Dolor
muscular generalizado
- Náuseas,
vómito, malestar hepático
- Confusión
mental, fotofobia
Pruebas útiles:
- Biometría
hemática: leucopenia, trombocitopenia, elevación de enzimas hepáticas
- Serología
o PCR específica
Estas infecciones son agudas, pero pueden cronificarse en
pacientes inmunodeprimidos o coinfectados.
Rickettsiosis: una amenaza reemergente
Agente: Rickettsia rickettsii, R. parkeri,
R. typhi
Transmisión: garrapatas, pulgas, piojos
Síntomas típicos:
- Erupciones
cutáneas (petequiales o manchadas)
- Fiebre
elevada, cefalea intensa
- Dolor
abdominal, vómito
- Confusión,
convulsiones (en casos graves)
- Hepatitis,
alteraciones hepáticas
En México se han documentado brotes de fiebre manchada por R.
rickettsii, especialmente en el norte del país. Su presentación puede
confundirse con dengue u otras fiebres hemorrágicas (García Meléndez et al.,
2014).
Virus y otros microorganismos
- Virus
Epstein-Barr (EBV): reactivación frecuente en Lyme crónico. Fatiga,
adenopatías, fiebre.
- Virus
Coxsackie B: relacionado con síntomas cardíacos, fiebre, debilidad
muscular.
- Virus
Powassan: transmitido por Ixodes scapularis, puede causar
encefalitis.
- Mycoplasma
y Chlamydia pneumoniae: infecciones intracelulares asociadas a
síntomas respiratorios, fatiga crónica y dolor muscular.
¿Cómo afectan el tratamiento?
Las coinfecciones requieren un enfoque terapéutico
distinto:
- Borrelia
se trata con antibióticos como doxiciclina o ceftriaxona.
- Babesia
requiere antiparasitarios como atovacuona y azitromicina.
- Bartonella
responde mejor a rifampicina, claritromicina o minociclina.
- Ehrlichia
y Anaplasma también responden a doxiciclina, pero a veces requieren
más tiempo.
- Virus
reactivados requieren antivirales o inmunomodulación.
Tratar solo a Borrelia sin atender las coinfecciones
es una de las principales razones del fracaso terapéutico en Lyme crónico.
¿Cómo se detectan?
El diagnóstico de coinfecciones es complicado por varias
razones:
- Las
pruebas convencionales tienen baja sensibilidad, especialmente en
América Latina.
- Muchas
veces los síntomas se superponen.
- Las
pruebas especializadas (como Igenex, Armin Labs, Galaxy Diagnostics) no
están disponibles en todos los países.
- La
evaluación clínica es fundamental. A menudo se diagnostican por sospecha
basada en síntomas característicos.
Conclusión
En la mayoría de los casos, Lyme no viene solo. Las
coinfecciones son parte esencial del cuadro clínico y requieren ser abordadas
con seriedad, conocimiento y una visión integrativa. Ignorarlas es ignorar una
parte crítica del sufrimiento del paciente.
Si has sido diagnosticado con Lyme y no mejoras con el
tratamiento estándar, o si tus síntomas incluyen fiebre persistente, dolor en
plantas de pies, ansiedad extrema, visión borrosa o síntomas respiratorios
atípicos, considera la posibilidad de una coinfección.
El camino a la recuperación completa comienza con un
diagnóstico completo.
Fuentes de consulta
- Becker,
I., et al. (2014). Reservorios silvestres de Borrelia burgdorferi en el
sureste de México. Revista Mexicana de Biodiversidad, 85(2), 530–543.
- Feria-Arroyo,
T. P., et al. (2014). Amblyomma
ticks as potential vectors of Borrelia in Mexico. Journal of
Vector Ecology, 39(1), 135–145.
- García
Meléndez, M. E., et al. (2014). Enfermedad de Lyme: actualizaciones.
Gaceta Médica de México, 150, 84–95.
- Gutiérrez,
V., Becker, I., et al. (2010). Distribución de garrapatas del género
Ixodes y su papel como vectores en México. Revista Biomédica, 21(4),
215–230.
- Sosa-Gutiérrez,
C. G., et al. (2016). Diversity
and distribution of ticks in Mexico: a review. Ticks and Tick-borne Diseases,
7(1), 15–30.
- Stricker, R. B., et al. (2014).
The limitations of the two-tier test for Lyme disease. Clinical
Infectious Diseases, 58(5), 700–701.
- Waddell, L. A., et al. (2016). The
accuracy of diagnostic tests for Lyme disease in humans: a systematic
review and meta-analysis. BMC Infectious Diseases, 16, 1–19.
¿Tienes
dudas o experiencias que compartir? ¡Déjalas en los comentarios!
Nota: Este
blog no sustituye el diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un
profesional.
¿Quieres
contribuir con nosotros? Escríbenos a fundacionlyme@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario