Una guía clara sobre vectores, ciclos, riesgos y mitos
Una de las
preguntas más frecuentes que se hacen quienes escuchan por primera vez sobre la
enfermedad de Lyme es: ¿cómo se contagia? Y es completamente válido.
Entender cómo se transmite esta enfermedad es esencial no solo para prevenirla,
sino también para romper mitos, reducir el estigma y fomentar una verdadera
cultura de información y autocuidado.
Aunque la
mayoría de las personas relacionan la enfermedad con picaduras de garrapatas,
lo cierto es que el ciclo de transmisión de Borrelia burgdorferi es
mucho más complejo, dinámico y ecológicamente diverso de lo que suele pensarse.
En esta
entrada, te explicamos todo lo que necesitas saber: desde los vectores
confirmados hasta las rutas menos conocidas pero plausibles, pasando por los
animales reservorio, las condiciones necesarias para que ocurra el contagio, y
el contexto mexicano y latinoamericano.
¿Cuál es el
agente que se transmite?
La enfermedad
de Lyme es causada por una bacteria de forma helicoidal llamada Borrelia
burgdorferi sensu lato (B. burgdorferi s.l.). Esta espiroqueta vive
naturalmente en el intestino de las garrapatas infectadas, y puede infectar a
los humanos cuando estas se alimentan de su sangre.
El complejo B.
burgdorferi s.l. incluye múltiples genoespecies. En América, la más común
es B. burgdorferi sensu stricto, pero también se han detectado B.
mayonii, B. americana, B. andersonii y otras (García Meléndez
et al., 2014; Gutiérrez et al., 2010). La diversidad genética de estas
bacterias permite adaptaciones a diferentes vectores y hospederos.
¿Qué
garrapatas transmiten Lyme?
El vector más
conocido es la garrapata del género Ixodes, especialmente:
- Ixodes scapularis (Norte y Centro de
América)
- Ixodes pacificus (costa oeste de EE.UU.)
- Ixodes ricinus (Europa)
- Ixodes persulcatus (Asia)
Pero, en México
y América Latina, otros géneros también están involucrados:
- Amblyomma spp. (A. mixtum, A.
cajennense, A. maculatum)
→ Son comunes en climas tropicales y subtropicales. Se ha encontrado ADN de Borrelia en estas garrapatas en regiones como Chiapas, Tabasco y Veracruz (Feria-Arroyo et al., 2014). - Dermacentor spp. (D. variabilis, D.
parumapertus)
→ Se han recolectado en el norte de México, como en Coahuila y Nuevo León, también con detección de Borrelia spp. en su interior (Sosa-Gutiérrez et al., 2016).
En total, más
de una docena de especies de garrapatas han sido documentadas en México
con potencial vectorial para Borrelia (Gutiérrez et al., 2010).
Ciclo de
vida de la garrapata e infección
Las garrapatas
que transmiten Lyme tienen un ciclo de vida de dos a tres años, dividido
en cuatro etapas: huevo, larva, ninfa y adulto. Este proceso requiere tres
comidas de sangre (una por cada etapa activa).
- Las larvas nacen libres de infección. Para
adquirir la bacteria, deben alimentarse de un animal reservorio infectado.
- Las ninfas ya pueden portar la bacteria y
transmitirla al humano.
- Los adultos, que se alimentan principalmente
de animales grandes como venados o perros, también pueden infectar.
La fase más
peligrosa para los humanos es la ninfa, debido a su diminuto tamaño (1–2
mm), lo que hace que muchas personas no noten la picadura hasta que ya han sido
infectadas (García Meléndez et al., 2014, p. 86).
La transmisión
de Borrelia no ocurre de inmediato. Generalmente se necesita un mínimo
de 24 a 36 horas de apego continuo para que la garrapata inyecte la bacteria a
través de su saliva.
¿Qué
reservorios animales participan?
La transmisión
de Lyme es una zoonosis, lo que significa que involucra a animales como
reservorios naturales del agente infeccioso. Entre los más importantes están:
- Roedores silvestres: Peromyscus spp.
(ratones de campo), ardillas, ratas.
- Zarigüeyas: Didelphis virginiana,
especialmente comunes en México.
- Aves migratorias: transportan garrapatas
infectadas a largas distancias y pueden actuar como reservorios (Feria-Arroyo et al., 2014).
- Venados de cola blanca (Odocoileus
virginianus): hospedan a los adultos de las garrapatas, pero no son
reservorios competentes de Borrelia.
- Perros y gatos: pueden ser portadores
subclínicos y acercar los vectores a los humanos, especialmente en
comunidades rurales (Sosa-Gutiérrez et al., 2016).
- Para más información, consulta la entrada que profundiza en reservorios.
En México,
estudios han confirmado la presencia de ADN de Borrelia en fauna
silvestre capturada en Veracruz, Yucatán, Chiapas y Tamaulipas (Becker et al.,
2014).
¿Solo las
garrapatas pueden transmitir Lyme?
Aunque la
picadura de garrapata infectada es la vía principal y comprobada,
existen otras posibles formas de transmisión que se siguen investigando.
Algunas de ellas son:
1. Congénita
(madre a feto)
Estudios han
documentado la presencia de Borrelia en tejidos placentarios y abortos
espontáneos. Aunque no está reconocida oficialmente, algunos médicos
integrativos consideran que la transmisión vertical es plausible.
2. Transfusión
sanguínea
Dado que Borrelia
puede sobrevivir en sangre almacenada, existe una preocupación creciente sobre
su transmisión por vía transfusional, aunque aún no se ha confirmado
oficialmente en humanos.
3. Sexual
Algunos
estudios experimentales han detectado ADN de Borrelia en semen y fluidos
vaginales. Aunque esto no prueba transmisión directa, no puede descartarse del
todo.
4. Contacto
con animales infectados
No hay
evidencia de contagio directo por tocar a una mascota infectada, pero sí puede
ocurrir si una garrapata que viaja en el animal pasa al humano.
¿Y en
México?
En México, el
ciclo de transmisión está plenamente activo. Se han encontrado:
- Garrapatas infectadas con Borrelia en
estados como Veracruz, Chiapas, San Luis Potosí y Tamaulipas.
- Fauna silvestre y doméstica portadora de la
bacteria.
- Casos humanos con síntomas clínicos compatibles,
incluso con complicaciones graves como carditis de Lyme (Loaiza et al.,
2024; Gutiérrez et al., 2010).
Sin embargo, la
falta de reconocimiento oficial por parte del sistema de salud mexicano ha
limitado enormemente la vigilancia entomológica y epidemiológica, generando un
preocupante subregistro (BiologyInsights Team, 2025).
Las condiciones
ecológicas de México —alta biodiversidad, climas templados y tropicales,
comunidades rurales con escaso acceso a salud— facilitan la existencia y
expansión de vectores y reservorios.
Claves para
prevenir la transmisión
Aunque no se
puede evitar completamente la exposición a garrapatas, hay acciones concretas
que disminuyen significativamente el riesgo:
- Usar ropa clara y de manga larga al caminar en el
campo o zonas boscosas.
- Aplicar repelente con DEET en piel y permetrina en
ropa.
- Revisar el cuerpo (y el de mascotas) al volver de
zonas de riesgo.
- Retirar garrapatas con pinzas de punta fina, sin
aplastar el cuerpo.
- Evitar caminar entre hierba alta sin protección.
Conclusión
La enfermedad
de Lyme no se transmite por contacto casual, ni es una infección "de otros
países". En México y América Latina existe un ecosistema multivectorial y
multihospedero donde la bacteria Borrelia burgdorferi circula
activamente.
Comprender el
ciclo de transmisión es vital para el autocuidado, la prevención comunitaria y
la exigencia de políticas públicas que reconozcan este problema de salud
pública.
Hablar de
transmisión no es generar miedo, sino empoderar con conocimiento.
Fuentes de
consulta
- Becker, I., et al. (2014). Reservorios
silvestres de Borrelia burgdorferi en el sureste de México. Revista
Mexicana de Biodiversidad, 85(2), 530–543.
- Estrada-Peña, A., et al. (2006). Distribution and ecological
preferences of Ixodes scapularis in the Americas. Veterinary
Parasitology, 137(1–2), 103–115.
- Feria-Arroyo, T. P., et al. (2014). Amblyomma ticks as potential
vectors of Borrelia in Mexico. Journal of Vector Ecology, 39(1), 135–145.
- García Meléndez, M. E., et al. (2014). Enfermedad
de Lyme: actualizaciones. Gaceta Médica de México, 150, 84–95.
- Gutiérrez, V., Becker, I., et al. (2010). Distribución
de garrapatas del género Ixodes y su papel como vectores en México.
Revista Biomédica, 21(4), 215–230.
- Loaiza, F., Morgado, M., Yambay, X. (2024). Bloqueo
auriculoventricular de tercer grado: caso clínico. Revista RELIGACIÓN,
9(39), e2401176.
- Sosa-Gutiérrez, C. G., et al. (2016). Diversity and distribution of
ticks in Mexico: a review. Ticks and Tick-borne Diseases, 7(1), 15–30.
- BiologyInsights
Team. (2025). Ixodes Ticks: Traits, Life Cycle, and Disease
Transmission.
- Stricker,
R. B., et al. (2014). The limitations of the two-tier test for Lyme
disease. Clinical Infectious Diseases, 58(5), 700–701.
Nota: Si sospechas exposición a Borrelia, no esperes síntomas. La profilaxis con doxiciclina dentro de las 72 horas post-picadura puede prevenir la infección (IDSA, 2020), TODO CON AUTORIZACIÓN Y SUPERVISIÓN DE TU MÉDICO.
¿Tienes dudas o experiencias que compartir? ¡Déjalas en los comentarios!
Nota: Este
blog no sustituye el diagnóstico médico. Si sospechas de Lyme, consulta a un
profesional.
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